Eje, que bueno que te estas aún aquí. Agradezco genuinamente que sigas en esta comunidad ya que no he estado muy activa por las redes ni en la creación de contenido, pero aquí estamos presentes nuevamente. Estamos retomando poco a poco nuestra rutina diaria familiar ya que han sido muchos cambios a la vez, y yo poco a poco retomando para traerles a ustedes contenido de valor, que les ayude en su vida diaria.
Este año comenzó muy diferente, no como lo esperaba, pero que bueno saber que estamos en las manos de Dios y que él no nos da lo que queremos, mas sí lo que necesitamos.
En enero comencé con un retiro de 10 días, en el cual experimenté muchas cosas bonitas en el área espiritual. Este año, a principios de enero, Dios me dio una palabra y fue crecimiento. Me imaginé creciendo profesionalmente, creciendo en seguidores en las redes, creciendo en mis proyectos, dando talleres y coaching, etc. A lo que Dios aproxima su voz y me dice que me hará detenerme en esa área (profesional) para así crecer. Honestamente me dio coraje, me molesté y Dios sabe las razones, que puede que luego profundice en ellas en el podcast. Pero decido escuchar la voz de Dios y bajarle a mis compromisos ministeriales y profesionales ya que para ser honesta tenía mucho en las manos y Dios lo que hacía era cuidándome de un infarto. Algunas de esas responsabilidades eran: esposa, madre, maestra, pastora, creadora de contenido, conferencista, etc. La agenda se me estaba llenando y se me hacía difícil decir no. Siempre decía que no tomaría más compromisos y me mentía yo misma, no fue hasta febrero cuando el tiempo se me detuvo que obligatoriamente tuve que hacer pausa. En febrero fallece mi papá y tuve que priorizar mi salud mental y emocional para poder cumplir con mis hijas y luego con todo lo restaba. A la misma vez de estar bregando con la muerte de mi papá, estaba bregando con una posible mudanza fuera de mi isla y estregar las responsabilidades ministeriales como el pastorado.
No fue lo que esperaba!
Definitivamente este año no fue lo que esperaba, ni lo que planifiqué. En mis planes no estaba enfrentar algo tan doloroso como la partida de un familiar y no estaba contemplado la mudanza a un nuevo país, que se dice fácil pero implica renunciar a muchas cosas.
Hoy te escribo desde el nuevo lugar, donde Dios nos ha traído con un propósito. Hoy reflexiono sobre lo sucedido en los pasados 6 meses y puedo decir he crecido, no como yo pensaba que crecería, pero he crecido y deseo seguir creciendo. Han pasado ya 6 meses desde que Dios habló a mi vida sobre crecimiento y hoy puedo ver que el crecimiento duele, saca a uno de su zona cómoda, pero te hace mejor persona. Por eso hoy quiero compartirte en que áreas he crecido.
¿Cómo he crecido?
1- Soltar el control: Soy una persona que planifica y en ocasiones creo que tengo todo fríamente calculado, pero Dios me deja saber que puedo planificar pero él en mi vida tiene la última palabra, porque así decidí que fuera. Sus planes son mejores que los míos, esa frase que parece cliché, la escuchamos mucho, pero yo la puedo decir con certeza y seguridad luego de estos 6 meses.
2- Cerrar capítulos: En estos meses he cerrado capítulos en mi vida que no sabía que estaban abiertos o creo que por no enfrentarlos no los había cerrado. Si hubiese sabido lo libertador y sanador que era cerrar esos capítulos, lo hubiese hecho hace tiempo. Estos 6 meses he podido experimentar la palabra perdón, practicar ciertos ejercicios espirituales y cognitivos para perdonar y puedo hoy escribir y hablar con mayor libertad. Esos mismos ejercicios los necesito implementar con otras personas pero voy paso a paso. Sin duda, no estoy en el mismo lugar que enero, voy avanzando.
3- Nada es para siempre: Me considero una persona "estable", para mí estabilidad significa no moverme de lugar, permanecer. En mi primer trabajo duré 10 años y fue bien difícil renunciar. En el ministerio me pasó lo mismo, por los últimos 6 años mi esposo y yo hemos sido pastores y aunque siempre supimos que era temporero, no te niego que se me me hizo complicado soltar. Esa fue nuestra iglesia los pasados 14 años donde nos hemos estado formando, donde mis hijas nacieron, donde creamos una familia, donde amigos se hicieron familia y experimentamos cosas hermosas en ese lugar, pero tocó despedirnos, entendiendo que Dios es quien tiene el control de todo.
4- Fidelidad: He aprendido de la fidelidad de Dios para con nosotros, él no nos ha dejado ni nos dejará. He aprendido también de la fidelidad de mi comunidad virtual, recibir mensajes diarios como: "estoy orando por ti", "no te veo en las redes, espero que estés bien", etc. Agradezco un mundo la amabilidad y fidelidad de esta hermosa comunidad, por eso valoro que estés aquí.
5- Amar: He aprendido a amar no sólo de palabras, si no de hechos. El estar con mi papá los últimos 4 días de su vida, me hizo entender cuan efímera es la vida. No pensaba que mi papá iba a fallecer tan joven, aunque pude presenciar un episodio que fue el que me preparó para saber que ya no le quedaba mucho tiempo, por eso decidí amar. Amar implica, amar a la forma de Dios, sin condiciones. Amor por quien eres y no por lo que das. Amar es reír, abrazar, perdonar, servir, ayudar; amar es acción.
Te comparto estas 5 cosas que he aprendido en esos pasados 6 meses. Suscríbete al Blog para que puedas recibir mensajes cada vez que suba un nuevo Blog. Vienen cosas chéveres, me he estado preparando para nuevos productos y cositas que te ayudarán a organizar tus días de forma efectiva y te ayudarán con la productividad sin perder el equilibrio.
Me gustaría leerte y saber, qué tú has aprendido en los pasados 6 meses.
Me despido con un abrazo,
Taisha Torres
LBSC
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